jueves, 14 de febrero de 2013

Capitulo 16







Año 2012

Luis está en el hospital. Busca directamente a Ana.

--¡yo no tengo nada que hablar contigo¡

Ana le huye porque lo desea. Él la agarra del brazo.

--¡pues me vas a escuchar¡ ¡¡Rosita no es hija mía y lo sabes¡ ¡¡no llenes a tu hija de basura¡

Ana golpea a Luis. Lo desea y lo odia.

--¡yo no sé nada¡ ¡¡tu hermano y tú sois unos cerdos¡ ¡¡lo que me hicisteis no tiene perdón y me alegro que mi hija odie al mal nacido de su padre¡

--Sergio te amaba.

Luis habla calmado. Ana es puro odio. Lo bofetea una y otra vez.

--Es que no sé como tienes cara de presentarte delante de mí… pero claro los dos son tal para cual. ¡Después de cómo se burló de mi encima se atrevió a casarse conmigo¡

--se enamoró de ti.

Luis trata que Ana se calme, que lo escuche. Ana grita. Les llaman la atención pero sigue gritando.

--¡cállate¡ ¡¡ni tú ni tu hermano saben nada del amor¡ ¡¡no tenéis derecho al amor¡ ¡¡sois una basura, unas máquinas del sexo¡

--lamento que si te hicimos daño pero…

Ana lo calla de un bofetón.

--¡pues me da igual si lo lamentas¡ ¡¡os voy a hacer la vida imposible a los dos¡

--el rencor no es bueno –dice él amable.

Pero Ana es puro odio:

--¡vete al diablo y no pierdas tu tiempo. Nunca permitiré que veas a mi tía. Por ella porque te detestaba y por lo que tú y el imbécil de tu hermano me hicieron¡

Luis trata de borrar el odio de Ana.

--fuiste muy feliz con mi hermano, no deberías olvidar eso. No deberías culparlo del pasado, separarlo de su hija.

--¡Ella es la que juzga¡ ¡¡le tuve que contar el motivo de mi divorcio, le tuve que contar como los dos recordáis como os acostabais conmigo sin que yo lo supiera… ¡os reíais de mi a mis espaldas¡

--Sergio se sentía culpable, no se reía de ti. Él te quería contar la verdad, yo le decía que no lo hiciera. La mala suerte hizo que lo escucharas…

--¡y ya he escuchado bastante, no quiero escuchar más¡ ¡¡vete¡

Ana se va y lo deja abatido.


****************************************************Año 1992


Para Sergio, Luis es un superhéroe, no se da cuenta que esa vida llena de sexo pero superficial no le está haciendo feliz a Luis. Para Sergio, Luis es el chico más feliz del mundo. Luis piensa en Cielo. Estar con la sobrina es una garantía de una cercanía con su amada, además no quiere que Cielo lo odie si Ana queda muy lastimada de su relación pero lo que tampoco soporta es ver a su hermano triste, con esa mirada suplicante.

--está bien, luego vemos.

Sergio abraza a su hermano contento. A Luis le está llamando su madre pues le piden al teléfono. Sabe que es Ana que ya lo reclama. Sergio no le quiere dejar contestar hasta que le prometa que el encuentro con Ana será al día siguiente. Luis mira a su hermano con cariño:

--está bien –dice resignado.

Sergio lo besa contento.

--te quiero mucho, hermanito.

Luis le guiña el ojo cómplice. Lo deja solo celebrando. Le gusta verlo contento. Luis se ve ansioso y con muchas ganas de ver a su amada.





Al cabo de un rato, Luis está en el restaurante. Sentado en una elegante mesa junto a Ana. Juega con un gran puro que hay junto a su plato. Ana le hace fotos con el puro en la boca. Luis se quiere distraer para no pensar en que Cielo no llega.

--¿tu tía no tenía que venir? ¿porqué no vino con nosotros?

--Es que ella salía con Camilo. La cena está organizada por ella. Nos quiere decir algo importante.

Luis siente un gran dolor en su corazón pero fuerza una sonrisa para callarlo.

--pues podían ser más puntuales. No sé porqué hemos tenido que salir con tanta prisa. ¿y no sabes que nos quiere decir tu tía? Espero que sea algo rápido porque no me quiero ir a dormir tarde.

Luis habla con aparente indiferencia para que nadie se dé cuenta que se está muriendo de los celos. Hay un puro en el sitio preparado para todos los hombres de la familia y a Ana se le ocurre algo.

--¡Cielo va a tener un bebé¡

A Luis se le atraganta la sonrisa. Ese es un dolor que se tiene que tragar. Cielo estaba llegando en ese momento de la mano de Camilo. También se está acercando tanto los padres de Cielo como los de Ana. Cielo se muestra radiante. Es un anuncio que hace especialmente para Luis.

--No, no estoy embarazada almenos aún no.

Luis mira a Cielo a la expectativa.

--Camilo y yo nos casamos el próximo de tres de enero. Ya lo tenemos todo hablado con el sacerdote.

Camilo se muestra resignado. No quería hacer las cosas tan corriendo pero le ha querido dar el gusto a su novia. Cielo está contenta porque así le está demostrando al guapo y joven novio de su sobrina que no siente nada por él. Es sólo un segundo, Luis siente como si le clavaran un puñal en el alma y no puede evitar que se le escape una lágrima. Es sólo un instante, sólo Cielo se da cuenta. Le impacta el dolor del chico porque está convencida que sólo es un capricho para él, que la desea porque no la tiene. Se da cuenta que sufre y eso le duele. Luis se pone una coraza. Aplaude como un loco. Se levanta y abraza a los novios. Él y Cielo tiemblan al sentirse pero ambos reprimen sus sentimientos.

--¿seguro que no estás preñada? Yo te veo más gorda –le dice Luis jugando con el cigarro cuando vuelven a sentarse.

Cielo agarra la mano de su novio y dice:

--Es la felicidad, dentro de poco sí estaré embarazada. Es lo que más quiero.

Camilo está bebiendo y se le atraganta pero no se anima a desobedecer a su novia. Cielo mira a Luis con tanta frialdad que lo desarma. Se le rompe el corazón al convencerse que Cielo ama a su novio, que no está interesada en él. Así que Luis ignora a Cielo en toda la cena y se demuestra cariñoso con Ana. Quiere desaparecer de la cena y llevarse a su novia. Siente mucha rabia, tiene bronca y necesita desquitarse, con Ana se podrá desahogar. Camilo y Cielo continúan con la fiesta en una discoteca de moda. Ana quiere ir pero no Luis. Le habla flojito para tratar de seducirla. Sabe que ella nunca le dice que no.

--es que quiero estar a solas contigo. Sé que te apetece más que a mí.

Él la mira con cara de degenerado y ella lo desea pero quiere estar con su tía. En esos momentos tiene el corazón dividido.

--Luego hacemos lo que tú quieras pero no ahora. Vamos a la fiesta.

Cielo y Camilo se muestran cariñosos y eso es algo que Luis no soporta.

--¡No, ahora¡ --le exige él.

Ana, aunque le cuesta, no acepta. Le duele pero puede acostarse con Luis en otro momento pero la fiesta de su tía es sólo una vez.

--lo siento. No puedo.

--¡Pues tú te lo pierdes¡

Luis siente rabia por el anuncio que ha hecho su amada y porque Ana no ha querido ir con él. No está acostumbrado a que le digan no y no lo encaja nada bien. Abandona el restaurante sin despedirse y enojado. Desde la puerta mira a Cielo con dolor. Ella siente el dolor del chico y tiembla, le revoluciona por dentro pero se muestra cariñoso con su novio. Luis está desesperado y se va sin poder descargar todo su dolor, toda esa rabia. Ahora está enojado consigo mismo por no haber dicho nada, por haberse callado, por no haber seguido hablando para arruinar la noche a la pareja pero estaba demasiado dolido como para pensar algo.

--¡he quedado como un tonto¡

Luis da golpes a los árboles con mucha rabia.

--oye, ¿estás bien?¿qué te pasa?

Es una de sus compañeras de trabajo, una gordita. Luis la mira furioso, dolido.

--Necesito tomar una copa ¿me acompañas?

--si claro –dice ella feliz.

Luis es guapísimo. Muy guapo. El más guapo. Y esa noche está aún más guapo. Irresistible. En un bar toman unas cuentas cerveza. Ella se ofrece a acompañarlo a casa en su auto. Él está lleno de rabia y necesita descargar y en una calle desierta se tira encima de ella que lo vive como un sueño.

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