jueves, 14 de febrero de 2013

Capitulo 17



Año 1992


Luis se deja llevar por las cervezas por la rabia, por las ganas de descargar. Se lanza sobre su gorda compañera. En el auto de ella, en una calle desértica. Es un polvo muy rápido que sólo sirve para que el guapo desahogue su dolor. Ninguno de los dos se saca la ropa. Él se desabrocha los pantalones, se la saca y en ella busca lo suficiente hasta tener el camino libre al agujero donde meterla. Luis no deja que ella lo toque, es ella la que le pone el preservativo que tiene en su bolso y así puede tocar ese ansioso miembro. No lo puede apenas ver por la poca luz pero lo siente con su mano y le gusta mucho. Luis es el hombre más guapo que ha visto en su vida y nunca pensó que podría tocarle la verga, sentirla, tenerla dentro de ella. Sólo eso le produce un placer indescriptible. Es algo muy rápido y no puede disfrutarlo como ella quisiera pero se conforma. La gorda se muere del deseo, al fin ha conocido (aunque sea un poco) ese cuerpo del pecado del que han disfrutado todas sus compañeras. Nunca pensó que ella tendría esa suerte, que formaría parte de ese club. Luis se abrocha los pantalones Se da cuenta de lo que ha hecho y se muere de la vergüenza.

--No se lo digas a nadie.

--repetiremos? –pregunta ella sensual.

Él se muestra incómodo.

--No –dice secamente.

Ella le pone la mano en el muslo, muy cerca de los genitales. La joven es muy coqueta.

--si no lo hacemos siempre que yo quiera le diré a todas.

Luis le golpea la mano para separarla de su cuerpo.

--¡no seas puta¡ Yo lo negaré hasta la muerte y nadie te va a creer, se van a reír de ti.

Luis abandona el auto de malos modos. Ella tiene un sabor agridulce. Está feliz por haberse acostado con el chico más deseado y tiene ganas de contarle a todas pero sabe que no le van a creer. Luis se va alejando rabioso. Da patadas a todo lo que encuentra a su paso.

--¡Maldita Cielo, esto es tu culpa, me vuelvo loco¡ ¡¡esa gorda asquerosa se lo va a contar a todos, se van a reír de mi y va a ser tu culpa¡¡

Luis está herido. Se imagina a su amado en los brazos de Camilo y eso le duele.



Cielo está en los brazos de Camilo. Bailan, deja que la besa pero no está feliz. No deja de pensar en Luis, se le ha clavado en el alma la mirada de dolor de él, ha quedado muy impactada. Siempre ha pensando en Luis como en alguien frívolo que sólo se deja llevar por el sexo y que es incapaz de sentir nada. No deja de pensar en el novio de su sobrina, por eso cuando su prometido la mira pícaro y le dice:

--vamos al apartamento, me muero por hacerte el amor. Me has tenido demasiado tiempo a dieta.

Cielo sin pensar le dice:

--No.

Camilo la mira sofocado.

--¡Me dijiste que no lo haríamos hasta que fijásemos la fecha, y ahora ¿qué pasa?

Cielo se hace la ofendida.

--¿es que sólo te interesa eso de mi?

--sabes que te amo.

--pues esperemos a la boda. Será más romántico.

Camilo la mira con la boca abierta.

--¿¡qué?¡

Cielo le cierra la boca con un beso.

--¿te imaginas nuestra luna de miel? Será tan bonita…

Él se resigna. Cielo lo abraza. No sabe lo que le pasa, no deja de pensar en Luis pero está segura que tras su boda todo volverá a la normalidad y olvidará a Luis. Almenos eso espera.




Luis llega a su casa muy deprimido. Está fumando. Se encierra en su cuarto. Se tumba sobre su cama. No deja de pensar en todo lo que ha pasado esa noche. Ya ha olvidado lo que ha pasado con su compañera, no deja de pensar en Cielo. Tenía la esperanza que esa boda no se fuera a celebrar, pero ya hay fecha, menos de tres meses y Luis no sabe cómo luchar por la mujer que ama porque jamás una mujer le hizo luchar por ella. Luis cree que lo único que puede hacer es resignarse a que la única mujer que le ha hecho sentir de cintura para arriba se casa con otro. Sus ojos se llenan de lágrimas. Se las traga cuando alguien abre la puerta precipitadamente. Sabe que es Sergio. El chico va en bóxers. Se sienta en la cama de su hermano. Pese a que está oscuro se da cuenta que le pasa algo y se preocupa por él.

--¿qué te pasa, hermanito?

Luis fuerza una sonrisa.

--Nada, no te preocupes. Vete a dormir.

--oye, a mi no me trates como si fuera un niño. Creí que nos contábamos todo.

--es que me peleé con Ana –dice por decir.

Y Sergio conoce demasiado bien a su hermano para saber que está mintiendo.

--a ti esa perra no te importa, te puedes buscar otra. Dime porque tienes esa cara ¿qué anda mal? ¿Es que no confías en mi?

Luis no quiere aceptar su derrota ante nadie y que Cielo no le haga caso es la mayor derrota de su vida, la única. Tampoco quiere que enoje con él.

--venga, hermanito. Creí que éramos un equipo –le insiste Sergio.

--Me emborraché y me acosté con una gorda que trabaja conmigo.

Sergio se ríe, cree que es una broma por al ver la cara de su hermano se da cuenta que ahora no está mintiendo pero lo que le sorprende es que Luis no se ve borracho pero ¿porqué otra razón se iba a acostar su hermano, el capricho de las nenas, con una gorda? Sergio mira a su hermano con solidaridad. Le muestra su apoyo. Pone su mano en el muslo de su hermano fraternalmente.

--¡que asco¡ Claro ahora te quieres morir. Tranquilo, eres demasiado guapo. Si la gorda cuenta algo quedará como una mentirosa.

Sergio le habla a su hermano con admiración y afecto. Luis se muestra afectuoso, lo besa en la mejilla y Sergio hace como si le molestara, como si le diera asco aunque adora a su hermano y no le molesta en absoluto que lo bese.

--oye –dice divertido—a mi no me beses, guarro que ya no soy un crío. Si vuelves a hacer una cosa así le diré a todos que te acuestas con gordas.

Sergio lo dice en broma y así lo recibe Luis que le da un golpe con la almohada. Sergio se la saca de las manos y lo golpea a él.

--venga, vete a dormir que me vas a tirar el cigarro –dice Luis.

Sergio se nota triste porque siempre se contagia del estado de su hermano. Como quiere que se vaya a dormir contento y que olvide lo que le ha contado, Luis le dice:

--Mañana quedaré con Ana, como seguro que se querrá hacer perdonar nos la podremos tirar los dos.

Sergio se pone como loco de contento. Se tira sobre su hermano.

--¡Eres el mejor, hermanito¡

Sergio besa a Luis con euforia. Luis va con cuidado de no quemarlo.

--venga, vete a dormir que aún va a pasar algo –dice señalando el cigarro.

Sergio agarra el cigarro de su hermano. Echa unas cuentas caladas y se lo devuelve.

--así dormiré mejor –le dice con una sonrisa pícara.

Luis y Sergio se da las buenas noches con mucho cariño. Sergio se va contento. Luis borra la sonrisa de su rostro. Sigue fumando pero está muy triste. No puede olvidar a cielo.

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