jueves, 14 de febrero de 2013

Capítulo 18



Año 2012

Luis está tomando un café con Adrián frente al instituto del chico.

--creí que me habías buscado para echarme la bronca.

--yo no me opongo a tu relación con Rosa.

Adrián no quiere cuestionarse porque Luis quiere ver a su madre pero sí le interesa tenerlo de su lado.

--si tú logras que tu hermano deje en paz a Rosa yo hablo con la tía Ana.

Chocan sus manos.



Luis esa mañana come con su hermano. A Sergio no le gusta que saque ese tema.

--No quiero hablar de eso.

--Rosa tiene que tener novio. Es normal.

--¡pero no con alguien de su familia¡

--Es un parentesco lejano.

--Sus madres son tía y sobrina¡

--si pero…

Sergio sabe lo que está ocurriendo y no lo permite.

--¡estás llegando demasiado lejos con tu obsesión con Cielo¡ ¿¡es que has hablado con el chico?

Luis tose. Escupe la comida.

--claro que no. Sólo es que si están enamorados…

Sergio fulmina a su hermano con la mirada. Lo conoce demasiado.

--como se nota que no es tu hijo.

El no haber sido padre es una de las grandes frustraciones de Luis. Bebe un vaso de vino de golpe.

--pero si ya lo han hecho… ¿qué más da? –Luis.

Sergio mira mal a su hermano pero no dice nada.

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Año 1992

En ese mismo instante, Cielo está mirando por la ventana. Sabe que Luis debe estar trabajando pero no puede evitar mirar hacia ese local que el padre de Luis usa de garaje y Luis de lugar de placer. Su madre le pide que preste atención a los detalles de la boda. Le muestra catálogos para que elija vestidos de boda.

--Mamá, aún hay tiempo –dice Cielo sin ganas.

--¡pero claro que no, hay mucho que hacer¡

--yo quiero algo sencillo –dice Cielo a la vez que se va alejando de la ventana.

--No, de sencillo nada. Por fin te casas, yo creí que te ibas a quedar solterona.

Cielo se muestra molesta:

--Tengo 40 años, no me hagas sentir una vieja.

--sí, tienes razón. Cada vez más las mujeres se casan más mayores. Yo a tu edad ya tenía hijas de veinte años.

Ese comentario le duele a Cielo porque se da cuenta de la locura que supone que le guste Luis. Están a punto de escapárseles las lágrimas.

--¿dónde vas? –se queja la madre.

--ahora vuelvo.

Cielo se encierra en el lavabo y a solas frente al espejo llora. Tiene 40 años, apenas ha tenido dos novios y siente cosas por un chico de 20 años que está saliendo con su sobrina.

--¿qué es lo que te pasa con ese chico? –reclama a su imagen en el espejo.

Cielo está atormentada por sus sentimientos hacia Luis. No tiene claro si es una atracción sexual o algo más pero sea lo que sea es algo que tiene que olvidar.

--¡tiene 20 años, no siente nada por nadie, le gusta divertirse con tontas como Ana¡

El dolor que vio en los ojos del chico el día de su compromiso es algo que la tiene impactada aunque no lo quiere aceptar. Se enfada consigo misma.

--¡no, no dejes que esa cara de ángel te engañe¡ ¡¡es todo un demonio¡ ¡¡Es un crío de 20 años, ¿¡cómo puedes creer que quiere algo serio?¡¡sólo se quiere divertir, te usará y se burlará de ti¡

Cielo sabe que no le costaría nada tener un romance con Luis pero está convencida que en seguida él se cansaría de ella, que la dejaría sin problemas y que ella ya habría quedado marcada. No es un romance con Luis lo que busca. No lo haría aunque no fuera el novio de su sobrina pero el que lo sea aún lo complica más. No podría tener algo con Luis y luego volver con Camilo pero tampoco puede dejar a Camilo por algo que no tiene futuro. Se lava la cara.

--¡tengo que casarme, es la única salida¡

Fuerza una sonrisa y vuelvo a la salita decidida a refugiarse en esa boda que no la hace feliz para olvidar un sentimiento que está convencida que no va a traerle nada bueno.



En la noche, Luis llega cerca de las nueve a casa. Se desnuda y se mete en el baño. Se da una buena ducha para sacarse el cansancio. También el dolor. A solas quita su máscara de chico feliz y llora. Llora por Cielo, llora por su soledad porque aunque está rodeado siempre de mujeres bellas está solo y eso lo tiene triste. Pone la cabeza bajo el agua y eso lo relaja. Desnudo y mojado frente al espejo se observa mientras se seca. Se sabe guapo. No sólo porque lo ve sino porque le gusta a todas las chicas. ¿porqué a Cielo no? Es algo que siempre se pregunta. Aunque Cielo no es de la edad de esas chicas a las que vuelve locas, aunque nunca le ha interesado seducir a una chica mayor, se resiste a pensar que Cielo pueda verlo como a un crío con el que no puede tener nada serio. Sólo se le ha ocurrido ser novio de su sobrina para darle celos, para hacerle reaccionar. Frente al espejo seca su atractivo cuerpo desnudo sin dejar de pensar en Cielo.

--¿será que siendo novio de Ana aún la alejo más de mi?

Pero no se le ocurre otra manera para tratar de conquistarla. Siempre le ha sobrado con su sonrisa, con su atractivo y no sabe qué más hacer. Se cubre con la toalla para llegar a su habitación. La ropa sucia y mojada queda en el baño a la espera que su madre lo limpie. Luis deja caer la toalla que cubre su desnudo y bello cuerpo al entrar en la habitación. Se mueve desnudo mientras busca un cigarro. Sergio entra en ese momento. Luis fuma desnudo junto a la ventana.

--¿qué haces? –Sergio.

Luis lo mira con cariño pero no le contesta. Sergio le agarra el cigarro y hace unas caladas. Se quedan los dos en silencio compartiendo el cigarro. Los dos guapos hermanos van hablando mientras comparten el cigarro.

--has llegado pronto, no te has visto con ninguna de tus compañeras? ¿no has vuelto a ver a Ana?

Sergio se muestra ansioso pero Luis está algo apagado aunque hace un esfuerzo porque no desea que nadie se dé cuenta, que está sufriendo por amor.

--estaba algo cansado y tampoco soy una bestia, ya nos hemos tirado a Ana a las cuatro y hemos quedado con ella mañana. Ya tengo bastante.

Sergio mira a su hermano con cara de pervertido:

--pues yo lo haría a cada hora.

Luis le sonríe a su hermano con cariño:

--claro pero sólo tienes 18 años, tienes edad de eso.

--claro, tú con 20 ya eres un viejo acabado –dice Sergio burlón.

Luis le sonríe pero no le dice nada. Dan unas cuentas caladas en silencio, luego Luis dice:

--¿y cómo te va con Caridad? Ella se ve muy interesada en ti.

--ya me ha cansado, es un fastidio que la única chica que se quiere acostar conmigo sea fea. Prefiero hacerlo con Ana.

--si pero tampoco podrá ser cada día porque nos acabarán descubriendo.

--bueno, que sea lo más que se pueda –dice Sergio ansioso.

Luis le sonríe a Sergio. No le importaría que Ana se enfadara con él si no fuera porque teme enemistarse con Cielo. No soporta que Cielo no lo ame pero lo que menos soportaría aún sería dejar de verla y almenos así puede verla aunque sea como tía de su novia. Es algo que le duele pero algo es algo. A Luis le cuesta mucho que no se le escape una lágrima cada vez que piensa en su amada.



Ésta se encuentra con Camilo en el departamento que éste comparte con un amigo. Besándola trata de llevarla al dormitorio para hacer el amor pero ella no quiere.

--No seas loco, está tu amigo al lado.

--pero si viviremos acá cuando nos casemos –jadea él.

--luego será distinto –dice ella frenándolo.

Camilo se resigna frustrado. Para Cielo cualquier excusa es buena para no acostarse con Camilo cuando piensa en Luis.



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