jueves, 14 de febrero de 2013

Capitulo 26



Año 2012

Luis y Adrián van al hospital. Luis lo abraza por los hombros. No puede creer que al fin vaya a ver a su amada.

--siempre me pareció que entre mi madre y tú había una especie de –pausa—tensión sexual no resulta.

Luis es muy cariñoso con él:

--yo siempre la amé.

Apenas una puerta los separa. Adrián se queda fuera para que Luis pueda estar solo con su amada. Luis le da un fuerte abrazo:

--yo no he cumplido con mi parte del trato –Luis.

--sé lo que duelen que no comprendan un amor –triste.

Con las dos manos en los hombros del chico le dice fraternalmente:

--hablaré con mi hermano de nuevo.

--tranquilo, ahora vete con mi madre.

Luis le guiña el ojo y le da un beso muy paternal.



Cielo está conectada a muchas máquinas que respiran por ella. Luis la agarra de la mano. No quiere hundirse pero no puede evitarlo.

--siempre te amé. Nunca me creíste pero llevo toda la vida enamorado de ti. Desde que me besaste nunca otra me besó en los labios. Siempre te he llevado muy dentro…

Sus lágrimas mojan el rostro de Cielo y ésta acaba despertando del coma.

--yo también te amo –dice ella débilmente.

Luis cree que es producto de su imaginación.


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Año 1994

Cielo está feliz en brazos de Luis pero está convencida que lo único que él quiere es que ella lo deje todo por él para burlarse luego él de ella, para poder presumir ante sus amigos de lo que ha logrado. Aparta a Luis de sus labios de un empujón y con mucha rabia le dice:

--¡ya déjame en paz, ya te di lo que querías y ahora déjame vivir¡ ¡¡olvídame¡

A Luis le hiere mucho que Cielo piense eso de él.

--¡no has entendido nada¡ ¡¡igual no voy a permitir que te cases¡¡¡soy capaz de dejarte en ridículo en la iglesia¡

Luis habla así porque está herido. Cielo responde furiosa:

--¡si lo haces te odiaré para siempre¡

El chofer lo está pasando muy bien. Están en un semáforo. A Luis le duele mucho el rencor que le ha mostrado la mujer.

--¡pues yo no pienso participar en tu farsa¡

Abre la puerta del auto y se baja. Cielo cree que Luis actúa así sólo por orgullo, que la quiere dejar en ridículo. No se esperaba esa reacción y le da rabia.

--¡ven aquí inmediatamente, tienes un compromiso que cumplir¡

--¡di que me ha dado un apretón¡ --dice Luis furioso mientras se aleja de ella.

A Luis le gustaría que ella lo siguiera pero Cielo está demasiado enfadada. Cierra la puerta y ordena al chofer que se ponga en marcha porque está en verde y los coches de detrás les pitan.

--¿Dónde la llevo?

--¡pues a la iglesia¡ --furiosa.

El chofer la mira como si fuera una cualquiera.

--¡no sea irrespetuoso¡ --se queja ella.

El chofer se disculpa y siguen su camino. Luis ve el coche marcharse dirección a la iglesia y le da mucha bronca. Da patadas a los árboles lleno de ira.




Al cabo de un rato, Luis está caminando por la playa, por el mismo lugar en donde hizo el amor con su amada. No quiere llorar pero es mucho el dolor que siente dentro de él. Su Cielo se debe estar casando en esos momentos y eso lo tiene mal. Mira hacia el mar, eso es algo que lo relaja. Se levanta. Se quita los calcetines que deja junto a los zapatos que ya se había sacado al llegar a la playa. Se saca la americana y la corbata. Con camisa y pantalones se zambulle en el agua de cabeza a los pies. Está un buen rato bajo el agua. No ve a una novia que, llorando, se ha lanzado al mar desde las rocas con todo y vestido. Luis sale a la superficie de golpe. Se seca el agua de la cara. Respira hondo. Ya se siente mejor. Es entonces cuando se da cuenta de la presencia de la novia que se a pocos metros de él. Su corazón va a mil por hora.

--¡Cielo, Cielo¡

Nada hacia ella gritando su nombre. Se pega a ella, la abraza y está a punto de besarla y es entonces cuando se da cuenta que la novia no es Cielo. La decepción lo derrumba. Aunque la novia está muy herida, le conmueve las lágrimas de él.

--¿Quién eres tú? –ella.

Pero él no contesta aunque sí se deja acariciar. La novia tiene dentro de ella tanta rabia como Luis que necesita calmar y además Luis es el hombre más guapo que ha visto en su vida. Lo quiere besar pero Luis no la deja porque sólo Cielo puede besarlo aunque no la rechaza. Ambos se dejan llevar por su cuerpo, por su rabia. Luis le arranca el vestido del cuerpo, lo tira. La deja en ropa interior y la penetra salvajemente. Están juntos menos de cinco minutos pero ambos lo disfrutan. No han usado preservativo y Luis se la saca y eyacula en el agua. Luis nada hasta la orilla sin mirar atrás. Se sube la cremallera. Agarra su ropa y se va sin  mirar atrás. Se seca la cara con la americana.



Luis llega a su casa. Le tranquiliza que no haya nadie porque así se ahorra dar explicaciones. Lleva la americana en la mano, del bolsillo cuelga la corbata. Su elegante traje oscuro aún húmedo. Se va sacando la ropa a patadas, la va dejando tirada por el suelo. El teléfono suena varias veces, en el contestador automático Sergio deja un mensaje en su grabadora. Luis, al oír que es su hermano, agarra el teléfono.

--tío ya era hora. La comida está de puta madre ¿qué ha pasado?

Se oye la música y eso le duele.

--¿Cielo se casó?

Sergio no entiende la pregunta.

--¿porqué no había de casarse?

A Luis se le cae el teléfono. Siente como una puñalada dentro de su alma. En el fondo tenía la ilusión que su Cielo dejara al novio plantado en el altar. Luis agarra el teléfono. Sergio está gritando.

--tío ¿me oyes?

Luis hace un esfuerzo para tragar su dolor.

--si, sí ¿tú estás bien?

--si claro de puta madre ¿pero qué pasó? Cielo llegó sola y enfadada. Dijo que estabas malo.

--Sí la barriga pero no te preocupes. Pásalo bien.

Los hermanos se despiden con cariño. Luis en bóxers y calcetines al baño. Se quita los calcetines y luego se baja los calzoncillos. Está muy triste. Su Cielo se ha casado y eso le duele mucho. Estaba convencido que eso nunca iba a pasar y menos después de haberle hecho el amor a la novia. Luis ha estado con muchas mujeres y sólo por pasatiempo pero a Cielo la ama y le duele creer que sólo fue su diversión en la despedida de soltera. Sus lágrimas se confunden con el agua que cae sobre su cuerpo desnudo. No puede dejar de llorar. Quisiera arrancarse a Cielo de su corazón pero no puede. Le duele el alma, el cuerpo. Llora amargamente.



Mientras, Cielo ya es una mujer casada. Baila con su esposo. Es una novia triste y Camilo siente culpa porque cree que es por lo que supuestamente le hizo y se hace la promesa que dedicará su vida a hacer feliz a esa mujer. Cielo quisiera olvidar a Luis en brazos del que ya es su esposo pero sabe que no lo va a lograr. Después de haber vibrado y disfrutado con Luis sabe que no podrá volver a aceptar a ningún hombre en su cama y no sabe qué clase de vida le espera a partir de ahora.

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