jueves, 14 de febrero de 2013

Capitulo 6





Año 2012…

Pese a la prohibición, Luis va todos los días al hospital. Espera que en algún momento Ana no esté y pueda ver a Cielo. Ana no iría si no supiera que Luis va pero por un lado desea verlo, siente un odio y una pasión por igual hacia él. Necesita verlo pero además no quiere que esté con su tía. Siempre ha tenido el miedo que Cielo se quede con él y, aunque no cree que su tía vaya a despertar, quiere evitar que la presencia de Luis pueda hacerla reaccionar. No soportaría que Cielo y Luis acabaran finalmente juntos.

--¿porqué tienes que venir? No eres nadie. Si Camilo se entera te va a romper la cara.

--¿Camilo? Pero si llevan años divorciados. Sé que Cielo está a tu cargo. Nadie más la visita.

Ana sonríe con orgullo. Siempre pensó que la situación con Luis y su tía se le escapaba de las manos pero ahora no. Ahora ella es la que manda.

--Así es, mi pobre tía lleva seis meses en coma y hasta su propio hijo se ha convencido que nunca más se despertará. No quiere ver a su madre así. Yo soy la tutora de Cielo. Sólo yo.

--Adrián es joven, tiene que vivir su vida pero yo nunca voy a perder las esperanzas. Sé que Cielo se va a recuperar y yo quiero estar ahí para cuando despierta.

--¿para qué?¿para qué se muera? ¡si sabes que te odia¡ ¡sólo le faltaría a mi pobre tía verte a ti después de estar en coma¡

A Luis le duelen mucho ese tipo de comentarios y por eso Ana los hace. Luis está muy herido. No tiene nada que ver con ese joven alocado de años atrás pese a que Ana no haga más que estar pensando en esa época.

--¿¿qué tiene mi tía que no tuvieran las demás? ¡yo¡ ¡¡has estado con miles de chicas¡ ¡¡eres una basura¡

Luis resopla. Se lleva las manos a la boca. Trata de relajarse. No le apetece nada tener que justificarse.


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año 1991

Luis ha acabado su jornada laboral, está en bóxers en el almacén. No hay cerrojo y todas saben cuando está él, cuando no deben entrar. Al chico le da igual que lo vean desnudo. Al contrario, sabe que es el objeto de todas sus compañeras de trabajo ya que no sólo es el único hombre entre tantas chicas sino que además está buenísimo. Siempre hay alguna que hace que se equivoca porque no se resiste a ver a Luis en calzoncillos. Eso le pasa esa noche. La chica se sofoca, hace que se tapa los ojos con la mano como si le diera vergüenza mirar pero sus ojos se centran en esa parte central que tanto le gusta. Luis sonríe seductor. Se va subiendo los jeans.

--No tienes que fingir que te equivocas para verme en bolas. Si lo que quieres es acostarte conmigo pues lo dices y yo encantado de hacerte el favor.

Luis habla con seguridad, con un poco de prepotencia pero que lo hace más sensual, más atractivo. La chica está muy cachonda pero le ha sofocado que él sea tan directo:

--Eres un poco engreído ¿no?

Luis sonríe. Se sabe irresistible, le gusta que le vayan detrás.

--si no quieres no pasa nada. Te la vas a pasar tú mejor que yo.

Luis se siente un regalo para las mejores pero es simpático a parte de atractivo, sabe como conquistarla. Además su papel de chico devora mujeres sólo es una pantalla para ocultar que es un chico que sufre por amor porque no ha logrado tener a la única chica que le ha interesado. Luis se acaba de vestir. Va hacia la puerta. Se muestra indiferente.

--entonces no te quieres acostar conmigo, has entrado por error.

La chica está totalmente seducida, le encanta Luis. Le gusta que sea tan accesible, le gustaría poder tener algo serio con él pero tiene totalmente asumido que Luis sólo busca divertirse.

--Yo no he dicho eso.

Luis sonríe con cara de pervertido. Agarra un cigarro y se lo pone en la boca.

--Pues te espero fuera.

Luis sale con el cigarro en la boca pero no fuma hasta que sale del recinto. La chica no tarda en salir. Van juntos como simple compañeros de trabajo, no parece que vayan a acostarse juntos. Hablan de todo y de nada. Ella lo desea locamente y a él le excita el fuerte deseo de él.

--tienes sitio ¿verdad? –pregunta ella.

--si, no te preocupes. Yo me ocupo de todo.

Luis sabe que a esas horas está libre un garaje que tiene su padre y que a éste igual no le importaría ver a su hijo usándolo para esas cosas.

--No es el mejor lugar pero estaremos tranquilos, nos la pasaremos bien.

La chica está muy excitada. Está detrás a Luis. El chico le encanta. Se da cuenta que Luis está mirando hacia la ventana que hay Luis en frente.

--¿quién vive ahí? ¿esperas a alguien?

Luis mira fijamente la cortina, nota que se mueve. Y sonríe. Cielo está sofocada.

--¡Lo sabe se ha dado cuenta¡ ¡Es un crío, no puedes comportarte de esta manera¡ --dice para sí.

Luis besa a la chica. Sabe que es Cielo la que está detrás de las cortinas. Sabe que no le gusta verlo entrar cada vez con una chica diferente y es por eso que lo hace. A Luis le excita saber que Cielo está pendiente con él. Es toda una fiera. Descarga todo su deseo frustrado por Cielo en esa chica. Los dos desnudos en unos sacos, se disfrutan, se gozan. Él se sienta desnudo en un saco. Enciende un cigarro. Ella lo mira feliz, le acaricia la espalda desnudo.

--ha sido el mejor momento de mi vida.

Luis, con el cigarro en la boca, la mirada con orgullo. No le dice nada pero su expresión es de: lo sé. Ella lo quiere disfrutar un poco más.

--¿me puedo quedar un rato contigo?

Luis, ahora que ha obtenido lo que quería, es más frío.

--tienes el tiempo justo hasta que me acabe el cigarro.

A la chica le duele que él sea tan frío con él. Se empieza a vestir.

--¿me llevas a casa?

--claro que no, ni que fuéramos novios. Además estoy cansado.

Ella le gustaría decirle tantas cosas pero no tiene claro que él quiera escucharla.

--podemos repetir, ¿verdad? –pregunta ella tímidamente.

Él se muestra tranquilo. Tampoco le importa mucho si se vuelven a ver o no.

--Somos amigos, nos podemos divertir siempre que quieras. Mientras no me agobies después.

Luis se queda tumbado en un saco. Saboreando el cigarro. No le hace caso a la chica cuando se va. Cielo está en la ventana, mira a la chica. Y a Cielo le molesta que le importe tanto lo que haga Luis.

--¡Es por mi sobrina, no me gusta que haya jugado con ella¡ --dice para sí.

Cielo trata de convencerse de eso pero en realidad le gustaría estar en lugar de esas chicas pero sabe que Luis juega con las mujeres y ella no quiere ser una más. Luis mira hacia la ventana, pertenece al cuarto de Cielo. Ve la sombra de ésta y la saluda con la mano porque sabe que la está espiando. Cielo se aparta sofocada porque lo que más le importa es que nunca nadie, y menos Luis, sepan que le pasan cosas con él. Luis se queda parado frente a la ventana de la mujer. Enciende otro cigarro:

--¡cuando quieras dar la cara aquí te espero¡

Luis está seguro que Cielo está celosa o almenos eso es lo que quiere pensar él. Cielo siente que el corazón le va a salir de la garganta. No dice nada. Luis no pierde las esperanzas pero acaba yéndose frustrado. Quiere creer que Cielo siente cosas por él pero no entiende porque lo rechaza y eso lo tiene mal.

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