jueves, 14 de febrero de 2013

Capitulo 24



Año 2012

Adrián va a buscar a Rosa. Le quiere dar una sorpresa y entra por la parte de atrás de la casa. Reconoce a la mujer que está hablando con Ana, es la enfermera que cuida a su madre. Ana le está dando un sobre con dinero. Adrián se sorprende y a escondidas escucha lo que están hablando.

--¡ya no te voy a dar más dinero¡ --Ana.

--me darás todo el dinero que yo quiera. Sino les diré a todos que usted quiso matar a su tía, que su tía está así porque usted intentó matarla.

Ana la mira con odio. Adrián no da crédito a lo que oye.


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Año 1994

Luis y Cielo se quedan mirando el uno frente al otro a la expectativa. No saben cómo deben actuar y ambos desean que sea el otro quien dé el primer paso. Cielo no confía en Luis. Está segura que él solo quiere divertirse con ella. Para Cielo es muy humillante creer que sólo es un trofeo para ese jovencito pero no piensa dejar que la vea abatida así que se muestra arrisca, a la defensiva. Después de hacer el amor con ella, a Luis le hubiera gustado ver un cambio de actitud en la mujer que ama. Le duele que sea tan brusca cuando esa madrugada lo ha hecho el hombre más feliz del mundo.

--¿qué quieres? ¡No tienes nada que hacer aquí¡

Aunque no es un chico introvertido, esa Cielo agresiva lo intimida.

--creo que después de lo que pasó anoche tú y yo tenemos que hablar –dice tímidamente.

Luis se muestra algo triste, ansioso. No es el Luis triunfador que ella quiere ver pero Cielo está segura que Luis no tiene nada que ofrecerle, que lo único que hace es arruinar su vida y por eso lo quiere alejar de ella. Lo bofetea y dos veces. Después le da un pequeño empujón. Lo aparta de la puerta. Los dos se quedan en el rellano y Cielo cierra la puerta. Le da horror que Camilo pueda descubrir lo que ha pasado entre ella y el novio de su sobrina. Luis se ha quedado impactado, con las manos en las mejillas. No esperaba que la mujer lo recibiera así. Aturdido y con las dos manos en cada una de las mejillas dice:

--¿porqué me pegas? Lo que hicimos anoche los dos lo quisimos.

Aunque lo disfrutó, Cielo teme las consecuencias de sus actos y más cuando está segura que Luis no va a responder. Por eso lo ataca.

--¡entre tú y yo anoche ni nunca pasó nada¡ ¡¡no sé qué mentiras vas a inventar pero mi prometido está en la casa y te puedes meter en un lío¡

--si quieres yo hablo con él, no te voy a dejar sola –dice Luis amoroso que cree que su amada tiene miedo a romper con su novio y por eso lo rechaza.

Y segura de que lo que Luis quiere es exhibir su triunfo no lo piensa permitir.

--¡mira niñito –habla con desprecio y eso lastima al chico—yo anoche bebí demasiado pero no creo haber hecho nada que le tenga que contar a Camilo, en una despedida de soltera son normales estas cosas¡

Luis la mira boquiabierto, no esperaba que Cielo lo negara de esa manera.

--No creo que a Camilo le dé igual que te hayas acostado con otro –dice Luis tímido.

Como no tiene cómo defenderse, Cielo lo ataca. Lo agarra del cuello de la camiseta y lo zarandea con rabia.

--¡entre tú y yo no pasó nada. Lo que pasara fue porque estaba borracha y te aprovechaste de mi¡

--Eso no es justo. No estabas borracha. No puedes decir que no te acuerdas de lo que pasó, yo sé que lo gozaste.
La tristeza de Luis conmueve a la mujer pero está convencida que todo no es más que una careta para burlarse de ella. Muy tierno aunque con tristeza, Luis quiere acariciar los cabellos de la mujer. Cielo no permite que acerque la mano. Se la golpea y le dice con rabia.

--¡me violaste, ahora ten la decencia de dejarme en paz¡ ¡¡No pretendas arruinar mi boda después de lo que me hiciste¡

Luis se lleva las manos a la cabeza con desesperación. Le duele la acusación de la mujer pero tiene la conciencia bien tranquila y lo que más daño le hace es que su amada no lo tome en serio, que haya jugado con él, que piense en casarse.

--sabes perfectamente que tú querías, que hicimos el amor y lo deseabas tanto como yo.

Hay tristeza y miedo en los ojos de él pero Cielo no se puede permitir que su noviazgo termine por un desliz con el novio de su sobrina.

--¡si pasó algo yo ya no me acuerdo así que largo y no me busques más¡

Dolido y alterado, Luis reclama:

--¿¡qué fue un experimento?¿tu juguete en tu despedida de soltera?

Y Cielo que quiere herirlo antes que él la pueda herir a ella le dice:

--cree lo que quieras.

Habla con desprecio y a él le duele. Cielo se quiere dar la vuelta pero Luis no se lo permite.

--¡no te puedes casar con otro cuando te acostaste conmigo¡ --desesperado.

Cielo está nerviosa. Le da un empujón.

--¡déjame en paz¡

Ella se comporta de una manera muy agresiva. Y Luis acaba perdiendo los nervios.

--¡si te casas diré a todos que fuiste mía¡

Y con esta actitud, fruto de la desesperación de Luis, Cielo cree tener la prueba que quería para demostrarse así misma que Luis no es de fiar y que lo único que le preocupa es que todos se enteren de lo que ha pasado entre ellos. Así que ella lo trata de desprecio. No quiere que él se dé el gusto, quiere que crea que no le importa lo que pasó aunque haya sido lo más bonito que le ha pasado en la vida. No quiere reconocer que para Luis no fue una noche más.

--te acusaré de violación –dice ella con odio.

Luis no se deja vencer. Está, además, muy seguro de sí mismo:

--nadie te va a creer.

Cielo se ríe fingidamente pero de una manera frívola. Se muestra distante para que él no se dé cuenta que está derretida, que se muere por besarlo y que la haga gozar nuevamente como nunca antes había gozado.

--eres solo un niño prepotente jugando a ser mayor –despreciativa—nadie va a creer que una mujer madura como yo haya querido algo con alguien como tú.

--porque no? –herido.

Ella se burla de él, aunque es todo fingido:

--porqué no tienes nada que ofrecer a una mujer de verdad. Quédate con las niñas y deja en paz a las mujeres con las que no puedes hacer nada.

--¡eso no es verdad –dice ofendido—sé que estuve a la altura¡

Cielo (siempre fingido) se ríe de él porque está segura que sólo le importa su orgullo de macho y quiere herirlo:

--has la prueba, nadie te va a creer. Eres un niño y Camilo sí es un hombre de verdad.

Y aunque está muerta de deseo y de miedo que él hable y todo su mundo se derrumbe, Cielo mantiene la calma. Esa calma que tanto molesta a Luis porque Cielo le está haciendo sentir un mero objeto sexual y eso es algo que le duele mucho, especialmente viniendo de la única mujer en la que ha puesto el corazón. Los dos se miran desafiantes. Luis está tan herido que no dice nada. La mira con rabia y se va. Cielo se derrumba. Toda la calma de la que ha hecho gala desaparece y llora. Luis camina desesperado y furioso. Da patadas y puñetazos a los árboles, a la pared. No piensa quedarse con esa rabia. Necesita llorar pero no se lo permite.

--¡si ella no quiere saber nada de mí yo tampoco¡

Unas lágrimas empiezan a deslizar por sus mejillas. Se acerca a una cabina y marca a Ana:

--¡te espero en el garaje ya¡

Quiere acostarse con la sobrina después de haberlo hecho con la tía y quiere que Cielo lo sepa. Es la mejor manera que se le ocurre de devolver a Cielo el daño que le ha hecho, Quiere herir a Cielo y esa es su manera de venganza. Cielo llora tras las cortinas. Ha visto a Luis entrar en el garaje de su padre.

--¡No, no puede ser. Sería una bestia si ahora se acostase con una chica¡

Le horroriza la idea que Luis sea tan frívolo para acostarse primero con la tía y luego con la sobrina.

--No, él no es capaz.

Dos fuerzas contrapuestas luchan dentro de ella. Una le dice que Luis siente cosas por ella y la otra le dice que Luis es sólo una máquina de sexo, que vive por y para el sexo. Cielo se horroriza al ver entrar a su sobrina al garaje. Se muere de dolor al imaginársela haciendo el amor con Luis.

--¡tonta, tonta, tonta¡ --se reclama así misma.

Le da rabia que le duela. Se siente una víctima de Luis pero está decidida a sacárselo de la cabeza. Está tranquila porque tiene a su lado a Camilo y no tiene que acostarse con él. Siente mucha rabia y quiere lastimar a Luis haciéndole creer que no fue importante para ella pero después de vibrar en brazos de Luis como nunca lo había hecho lo que menos quiere es estar con otro.

Un vengativo Luis, mientras, fornica salvajemente con Ana. Su alma está con Cielo y llora por dentro porque no está con ella.

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